Con motivo del Día del Médico, el Instituto Salvadoreño del Seguro Social organizó la tercera edición del Congreso de Medicina las jornadas del 12 y 13 de julio. Un encuentro para profesionales sanitarios que contó con la participación de José Carlos Bermejo, director del Centro de Humanización de la Salud San Camilo, invitado a impartir una de las conferencias magistrales.
La Inteligencia Artificial en la asistencia sanitaria fue el tema que inauguró el congreso, donde se abordaron por áreas temáticas la humanización, las emergencias, las estrategias de atención descentralizada y los procedimientos innovadores en el ISSS; así como la investigación, simulación y tecnología sanitaria. Todo de la mano de profesionales de El Salvador y de otros países como Argentina, Costa Rica y Guatemala, conectados online.
EJEMPLO DEL CENTRO SAN CAMILO
Desde España, José Carlos Bermejo, inauguró el módulo dedicado a la humanización sanitaria con la ponencia “Las heridas del que sana, de la vulnerabilidad al servicio”. Una charla en la que presentó el Centro San Camilo no solo como un lugar de atención a personas mayores y dependientes, así como al final de vida desde su unidad de cuidados paliativos, sino como un espacio donde “promovemos una cultura que pretende ser humanizadora para los sistemas sanitarios, para las relaciones profesionales”.
El director del Centro San Camilo felicitó a la doctora y directora del ISSS, Mónica Ayala, y a todas las personas que desde la entidad trabajan por la cualificación en el trato para la humanización de la relaciones. Partiendo de la sabiduría del corazón de Camilo de Lelis, que revolucionó los cuidados en el siglo XVI, Bermejo profundizó en el concepto del “sanador herido” como metáfora que puede ayudar a “transformar las heridas de nuestro corazón en fuente de servicio humanizado a las personas que atendemos profesionalmente”.
LA HUMANIZACIÓN NACE DE LA HERIDA
Asimismo, felicitó a los médicos por ser “la concreción de la ternura de los pueblos profesionalizada, para atender la fragilidad humana”. Bermejo destacó la atención no solo a la dimensión física sino al resto de dimensiones: emocional, cognitiva, cultural, espiritual y relacional. Heridas que pueden darse, además de en el paciente, en los profesionales de la salud. Heridas de la vida pero también del oficio si no hay autorrealización, si se ha perdido la vocación o el peso de la responsabilidad si se han cometido errores; además de la propia enfermedad o duelos personales.
Ponencia que también pasó por la prevención del burn out y la fatiga por compasión. Incluso, por “el poder sanador que tiene nuestra sombra” citando a Jung, y la resiliencia como fuente de aprendizaje y crecimiento personal “que nos convierte en mejores profesionales”. Luego, la herida es fuente de humanización, siempre que esté en equilibrio “la fragilidad de los médicos, bien integrada y sanada, puede convertirse en oportunidad de humanización” concluyó.