Hablar de ternura y cuidado con la esperanza de contribuir a conjugar el verbo “humanizar” requiere la suma de las reflexiones de dos autores bien experimentados. José Carlos Bermejo, religioso camilo y director del Centro de Humanización de la Salud San Camilo, con toda una vida dedicada a la Humanización sanitaria, generando cultura desde el análisis, la docencia, el liderazgo y numerosas publicaciones; y Rosa Ruiz, psicóloga y teóloga responsable de Investigación del Centro de Humanización de la Salud San Camilo y directora de la revista Humanizar, que desde hace años viene realizando diversos estudios sobre los efectos de la ternura en entornos sociosanitarios para generar evidencia científica, más allá de la ya confirmada en la vida personal.
Una cuestión de tacto que ha alumbrado Ternura y humanización. Un desafío para el cuidado, un libro escrito “al alimón, porque creemos firmemente en el poder de la ternura y en la necesidad de impregnar las relaciones con esta clave de madurez humana” afirman ambos. No en vano, “la Humanización constituye la pareja de baile preferida de la ternura” suscribe la periodista y teóloga Margarita Saldaña en el prólogo.
Humanización y cuidado son dos palabras cada vez más presentes, posiblemente porque expresan una necesidad común y un deseo compartido: necesitamos cuidar y que nos cuiden bien, y en ese empeño nos descubrimos más humanos. Por su parte, la ternura es esencialmente comunicación. “Una comunicación íntima, honda, intuitiva, humana que genera encuentro o que expresa el encuentro cuando algo del otro nos toca, con una palabra, un gesto…” según los autores.
Así, la ternura nos desafía suavemente como criterio de verdad para nuestro cuidado y como medio privilegiado de humanización, tanto para el desempeño profesional en ámbitos sociosanitarios como en la vida personal, relacional, cotidiana. Una ternura que nunca será blandengue ni ñoña; la ternura de los valientes; la ternura libre y nunca impuesta; la ternura como antídoto contra toda violencia; la ternura que transforma relaciones laborales, familiares, sociales, espirituales; la ternura que no se agota en la caricia, aunque esta sea su canal privilegiado, ni se confunde con la compasión o el amor, aunque lo exprese y alimente.
Un libro que nos hace más tiernos y vulnerables, al tiempo que nos humaniza conectándonos con la esencia de nuestro ser, tan carnal como divino, fortaleciéndonos desde el cuidado mutuo. Déjense acariciar por sus 128 páginas, publicadas por la editorial Sal Terrae, ya disponibles en el catálogo de publicaciones online Humanizar por 13,50 euros.