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Número 149, Noviembre-Diciembre 2016

“El cine es cauce de sanación, permite descubrirse a uno mismo”

¿Por qué el “séptimo arte” puede resultar beneficioso a pacientes y a sus familias? Julio Gómez nos brinda las claves de “la compasión en el cine: un itinerario para acompañar el sufrimiento”, con las que ha inaugurado las XI Jornadas de Familia y Cuidados Paliativos en el CEHS. 5 y 6 de octubre.

Diana Sánchez

-“La compasión en el cine: un itinerario para acompañar el sufrimiento”… ¿Por qué este tema?
En cuidados paliativos entendemos que la persona enferma y su familia pasan por una experiencia de sufrimiento. Experiencia que Cecily Saunders explicaba con el concepto de dolor total. Es decir, un dolor físico, psíquico, social y espiritual. Esto reta a las personas que les acompañamos a realizar un camino a su lado. Para esta tarea necesitamos un mapa que nos permita tener referencias en el territorio – que son las personas – y una herramienta, que es la compasión.
Así, aquellos que nos dedicamos al acompañamiento de personas que experimentan el sufrimiento necesitamos entrenarnos en estas dos claves: la lectura de mapas y la compasión. En esta conferencia he querido ofrecer, por medio del cine, pistas para adentrarnos en ellas.
-¿El cine es sanador, paliativo…O ambas cosas?
El cine, como cualquier forma narrativa, tiene un potencial sanador. Por medio de las historias podemos evocar nuestra propia historia, mirar de frente nuestros propios fantasmas y miedos, reconocer nuestras emociones… todo ello es sin duda un cauce de sanación.
-¿Cómo recurres al cine en tu profesión?
Fundamentalmente en la docencia, aunque en ocasiones lo he utilizado terapéuticamente con algunas personas en procesos de duelo o enfermedad.
La narrativa cinematográfica utiliza diversos lenguajes: la imagen, la palabra, la música… Todos ellos se articulan para transmitir un mensaje, un mensaje que llega en primer lugar al plano emocional, y de ahí al nivel racional. Por eso, cuando quiero profundizar desde un punto de vista docente en conceptos intangibles como la compasión, la hospitalidad o la espiritualidad, el cine se convierte en una herramienta poderosa, pues permite a los alumnos hacer experiencia vivencial de aquello que quiero conceptualizar.
A veces en clase y con algunas escenas cinematográficas se generan muchas emociones, y puedo ver la emoción de los asistentes; por eso les suelo decir que realmente han asistido a una clase de “masaje cardíaco”. Sus corazones han sido masajeados y a mi juicio los conceptos interiorizados.
-¿Hay un cine para los adultos que sufren? ¿Y para los niños? ¿Y para los mayores?
Podemos encontrar ofertas de cine para diferentes edades y situaciones… Evidentemente, no son iguales las claves de la comunicación ni el lenguaje que usamos con niños o con mayores, aunque de un modo u otro los temas de fondo son los mismos: el amor, el dolor, la pérdida, la muerte, … y da lo mismo si vemos “El rey león” y seguimos la pista de Simba que se culpa de la muerte de su padre o si vemos a C.S. Lewis – magistralmente interpretado por Anthony Hopkins – que no entiende el sentido del sufrimiento en “Tierras de penumbra”.
Con todo, si vamos a utilizar una película (o un libro), es importante que tengamos claro qué pretendemos y por supuesto que conozcamos el material en profundidad. Porque como cualquier otra “medicina” o intervención puede resultar yatrogénica y causar daño.
-¿Cómo cambia el cine para acompañar, según culturas y países?
Yo veo que la narrativa cinematográfica difiere según las culturas y los países, y es que la cultura configura una manera de contar las historias y también de acogerlas. En mi experiencia en Ecuador pude usar algunas películas en proyectos de salud pública y de empoderamiento de las mujeres, aunque también utilizamos telenovelas para abordar aspectos en educación sexual con adolescentes. Como antes decía, necesitamos conocer bien a la persona y los materiales que usamos. Por ello, si nos planteamos  intervenir con personas de otra cultura, debemos empezar por comprender su modo de entender el mundo y la manera en que se comunican. Luego vendrá la selección del material.
-¿Difieren las películas saludables para el paciente de las saludables para la familia?
El cine permite que el espectador se identifique con la historia que se está contando y descubrirse a sí mismo a través de ella. Cada espectador verá la película desde la posición que le toca ocupar en un momento determinado de su vida: persona enferma, cuidador, amigo…
Algo saludable para uno, puede no serlo para otro. Personalicemos lo más posible y acompañemos la experiencia que se genera al ver la película. No podemos sin más proyectar una película que va a movilizar muchas emociones y dejar a la persona “abierta en canal”. Como en cualquier intervención terapéutica, para abrir hay que saber cerrar y estar ahí para hacerlo.
-Calidez, ternura, compasión, solidaridad…Valores relacionados con el mundo de la vulnerabilidad, el sufrimiento…Danos algún título donde podamos trabajarlos…
•    “Intocable” me habla de una mirada diferente, una mirada que dignifica a la persona pues no se centra en la enfermedad.
•    “Mr. Holmes” me habla del proceso de envejecer y del valor de cerrar la vida.
•    “Tomates verdes fritos” me habla del arte de narrar historias y del arte del acompañamiento mutuo que se da en tantas residencias entre voluntarios y residentes. Además tiene una de las escenas más bonitas de acompañamiento a la muerte.
•    “Amar la vida” recupera el valor de la enfermería.
•    “Un doctor en la campiña” me habla del compromiso de un médico con las personas en medio de sus propias contradicciones.
•    “De dioses y de hombres” me transmite un itinerario existencial desde el caos a la trascendencia.
•    “Un monstruo viene a verme” nos ofrece un mapa para reconocer el proceso de aceptación de la muerte validando nuestras emociones…
Y sigue y sigue…
-Alguna anécdota…
Un día en el cine con mi hijo, viendo una película de los “X Men. Días del futuro pasado”, después de una escena fue él quien me dijo: “Aita, ésta te vale para tus “cosas”… Ahora es otro de mis “ojeadores” de cine interesante…
O algo que desees añadir…
Gracias al Centro San Camilo por la invitación a las Jornadas y sobre todo por la labor que desde hace muchos años llevan desarrollando al servicio de los más vulnerables e impulsando la formación y el compromiso de tantos en esta tarea.

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