El hogar
Enero-Febrero de 2013
Dr. Marcos Gómez Sancho: “Los profesionales españoles de cuidados paliativos vamos por el mundo sin complejos”
Un episodio biográfico en 1986, relacionado con una grave enfermedad de la columna vertebral, le indujo a reorientar su actividad profesional hacia la Medicina Paliativa, en aquellos momentos en sus albores. Creador de una de las primeras unidades asistenciales de CP en España, el Dr. Gómez Sancho desgrana en Humanizar el panorama actual de esta especialidad y destaca la necesidad del trabajo en equipo y la labor con familiares.
Por Diana Sánchez, redactora
-¿Cómo va el desarrollo de la cultura paliativa en la sociedad española?
Los cuidados paliativos (CP) en España han avanzado notablemente en estos últimos 20 años, pero todavía queda mucho por hacer. Una de las tareas de los equipos es, precisamente, promover en la comunidad la filosofía de esta modalidad asistencial y todo lo que ello conlleva. En todas las ciudades se han hecho multitud de programas en los medios de comunicación de todo tipo, para que los ciudadanos lo conozcan. Por ejemplo, es importante que sepan que es bueno, en general, que los enfermos conozcan su situación, que no se les debe ocultar su enfermedad cuando ellos quieran saberlo.
Existe en los países latinos una fuerte tradición a ocultar a su familiar enfermo el diagnóstico y pronóstico. Más allá de que tengan derecho a ello por Ley, la experiencia nos dice que todo va mejor cuando todas las partes implicadas (enfermo y familia) tienen una información similar. Siendo todo esto muy cierto, la realidad es que es muy difícil cambiar estas inercias existentes en nuestra sociedad.
-¿Nos podemos comparar con el mundo en algún sentido?
El desarrollo de los CP en España es muy similar al de la mayoría de los países de nuestro entorno, estamos por delante de unos cuantos y por detrás de otros. Los profesionales españoles de CP vamos por el mundo sin ningún complejo. Hay excelentes equipos y personas, y gran parte del país dispone de un programa oficial para su desarrollo.
-¿Hubo un “boom” en unos años y ahora estamos en parada forzosa en el desarrollo de los CP en España?
Esta crisis económica, por no hablar de la crisis de valores que, en mi opinión, ha generado la económica, ha provocado un freno en el desarrollo de los CP. Lo bueno es que no lo ha hecho más que en otras especialidades y servicios. Muchos temíamos que nos vieran más vulnerables y empezaran a recortar. Esto habla de la consolidación que van teniendo en España los CP. Ahora, la palabra clave es resistir y confiar en que no nos quiten lo que tenemos.
-¿Qué opinión le merece nuestro Centro? ¿y nuestra Unidad de Cuidados Paliativos?
Tuve la oportunidad de conocer Centro San Camilo hace ya unos años, y ya en aquel momento me produjo una excelente impresión. Ahora he comprobado que han mejorado mucho en todos los sentidos, y que están a punto de comenzar importantes obras arquitectónicas para mejorar aún más el “entorno paliativo”. También me ha sorprendido el desarrollo tan importante que están llevando a cabo en ámbito de la docencia, con varios cursos de distintas materias y de distintos niveles. Me ha producido una especial satisfacción el “centro de escucha” y el desarrollo y potenciación de su legendario programa de atención en el duelo. Les felicito por todo ello y espero poder visitarles de nuevo muy pronto y ver finalizadas las obras que empiezan ahora.
-¿Hasta dónde la filosofía de los CP ha incorporado el abordaje del duelo entre sus objetivos?
En los comienzos, muchos profesionales de la salud no entendían que médicos y enfermeros nos ocupáramos del duelo, algo desconocido y raro en aquellos momentos y, si acaso, del negociado de psicólogos y psiquiatras. Hoy se ve con mucha más naturalidad, y la atención en el duelo forma parte de las actividades de todos los equipos de CP. El duelo es un proceso normal, si se permite al doliente elaborarlo adecuadamente. En caso contrario puede transformarse en una enfermedad, física o psicológica, de lo cual cada vez hay ya más pruebas que lo demuestran.
Aunque pueda parecer paradójico, la mayoría del trabajo para que el duelo transcurra de manera armónica, hay que hacerlo mientras el enfermo todavía vive. Igualmente, debemos estimular a los familiares a cuidar al paciente, porque sabemos que “hacer algo” disminuye el impacto, y que una de las causas de complicación en la elaboración del duelo es el sentimiento de culpa por “no haber hecho lo suficiente”. Que todo el equipo comprenda que todos tienen algo que hacer en este campo, lógicamente con la orientación, cuando sea preciso, del psicólogo del equipo cuando existe, que debería ser siempre.