Revista Humanizar

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“Para humanizar hay que susurrar, hablar al oído”

Hablar con Ramón Sánchez Ocaña es hacerlo con uno de los Maestro del Periodismo. De hecho, protagoniza uno de los recientes podcast elaborados por la Asociación de la Prensa bajo el mismo título, junto a Iñaki Gabilondo, Diego Carcedo, Rosa María Calaf o Victoria Prego, a los que les une el haber trabajado en TVE. Allí su rostro bonachón se hizo mediático con esa voz rotunda y amable que sigue siendo familiar.

 

Por tradición familiar iba a estudiar medicina, pero comenzó a interesarse por lo periodístico y empezó en La Voz de Asturias, de ahí saltó al diario Informaciones y a los inicios de El País. “Ponerlo en marcha fue una experiencia única, una etapa magnífica” asegura. Pero la pasión por la divulgación sanitaria le puso en 1979 al frente de Más vale prevenir durante más de una década y después vendrían los programas Horizontes y Diccionario de la Salud.

 

- Acabaremos pasando la ITV fue el primer artículo que escribió en Humanizar y ahí ya le preocupaba la deshumanización de la sanidad.

- Me sigue preocupando. En el último MIR las plazas más demandadas son Dermatología y Cirugía Estética, a pesar de la necesidad de Atención Primaria. Eso no es sacerdocio de la Medicina sino un interés económico o por comodidad de horarios. ¿Dónde queda la vocación inicial por la medicina cercana, humana, que conoce al individuo y su familia? Cuando uno se pone enfermo quiere ver a su médico, no a un mecánico, porque en ese trato personalizado ya hay cierta curación.

 

- ¿La Humanización es una asignatura pendiente en la Medicina?

- Sin duda. Cuando hablas con un médico en profundidad se nota, por ejemplo, en cómo da malas noticias. Tiene dificultad porque a los estudiantes no se les enseña el trato a las personas en los momentos difíciles. Creo que falta un poco de Humanización en general. La medicina se ha tecnificado y perdido parte de la cercanía de antaño, falta relación directa.

 

- También es crítico con la comunicación. En el anterior número de Humanizar escribió que “la visión de la discapacidad está deshumanizada porque los medios no reflejamos su realidad y somos cada vez más superficiales”.

- Los medios de comunicación en general somos de una superficialidad reprochable, especialmente la televisión. No se profundiza, aunque hay excepciones como esta revista y, ahora, el programa de Iñaki Gabilondo Cuando ya no esté con reflexiones de gran profundización de jóvenes en el mundo de la innovación. Es magnífico aunque pasa desapercibido, la gente prefiere a Broncano… pero en nuestra profesión aplicar la ética es una responsabilidad.

 

- ¿Cómo ve el futuro?

- Tenemos suerte porque la ciencia está avanzado en la regeneración celular, pero estará en manos de pocos: la economía va a condicionar la salud. La humanidad se dividirá, porque la estamos dejando en manos de una minoría técnica. No sé si vamos a trabajar menos, tener más tiempo para nosotros y cultivarnos o si el ocio lo dedicaremos a ser más humanos entre nosotros… porque lo cierto es que siempre hay guerras. Respecto a la sanidad es imposible cubrir toda la oferta, así que… o pagas o esperas. Es la dura realidad y compleja.

 

- ¿La palabra cura o alivia?

- Recuerdo cuando publiqué aquí el artículo Doctor, recéteme esperanza. Creo que la palabra es necesaria, más cuando ya no hay cura. Que te receten esperanza es importante, aunque no esté disponible en todas las farmacias… ni en todos los sitios está disponible esa caricia moral, que siempre hace falta. Para humanizar hay que susurrar, hablar al oído.

 

- Afirma que se siente afortunado.

- He tenido la suerte de trabajar en lo que más me gusta y, además, me han pagado; publicado más de 20 libros, y una mujer con la he cumplido holgadamente las Bodas de Oro, tres hijas y siete nietos.

 

- Los afortunados somos los lectores de Humanizar que agradecemos sus palabras a lo largo de 23 años.

- Gracias a vosotros, un placer, de verdad.