Cicatrizar las heridas de la vida

Cada día de nuestra vida nos ofrece una ocasión para aprender una nueva lección sobre la fragilidad de nuestra existencia y de la de las certezas a las que la anclamos. La felicidad no es un estado al que se acceda de una vez para siempre, pues detrás de cada gran amor, vigila sigiloso el dolor.

Pangrazzi en este libro quiere hacernos conscientes de ello y de lo importante que es asumir los quiebros del destino y cicatrizar las heridas, tanto físicas como espirituales, que nos infrinjan para poder seguir nuestro camino fortalecidos por la experiencia sufrida; sobre todo cuando pretendemos dedicar nuestra vida a acompañar y ayudar a los demás.